lunes, julio 09, 2012

Envidia y nostalgía.

Tengo un sinsabor entre los labios,
sentirse de catorce años de nuevo no es opción y es bastante desagradable,
sobretodo cuando no existe un navegante que venga a contarte de los viajes que realizó sobre los techos de las casas ajenas, de sus 5 gatos negros y su demonio tatuado en la cabeza. Ese tan sólo es el recuerdo, de un caballero sombra, que quedó de enviarme un libro prohibido que guiaría mi camino, un hombre cuyo rostro jamás ví .

En mi corazón siento todos los años que he vivido y quisiera sentirlos como el viento helado que roza una quemadura, pero tan sólo es la insolación, no alcanza a ser ni un dolor, ni una felicidad por completo y hoy a mis 21, como en aquellos 14, lo siento igual pero con el peso de todo lo pasado.

Hoy como a mis 14 años, vuelvo a escribir como la primera vez en estos mundos virtuales, cuando dejé de solucionar las cosas con la fuerza que habitaba en mi espíritu y yo navegue en la red que hoy nos une, pero que más nos separa. Hoy como entonces, me siento miserable pero llena de dulzura, y luego no basta, me sigo preguntando ¿porqué hay días en que nada basta? y sabes que probablemente pensaran que tus palabras son insulsas, que las comparten, que las condenan o quieren salvarlas.

Ni siquiera puedo sentirme muchas veces segura y libre de contar lo que siento a quien amo, ahora más que nunca tengo el temor de lastimar con lo que soy, siendo que eso me haría feliz, o al menos eso creo y me encuentro de nuevo, no ante una, sino varias espadas y paredes.

No creo por coincidencia ser de hermosos ojos soñadores, ni con un cabello o cuerpo envidiables, más que nada me veo de nuevo como una niña, que sabe demasiado y a veces, sólo a veces no quiere cargar con ello y preferiría volar, como ya ha volado en sueños.

Learning to fly 

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